Para la construcción de la Catedral de Bariloche, el arquitecto
Alejandro Bustillo ofreció su proyecto gratuitamente. Su sentimiento se orientó en un estilo
neogótico con reminiscencias francesas. Un proyecto que incluía, buscado o no, algo de las herméticas ciencias medievales.
El edificio tiene forma de cruz latina. Su cabecera está orientada exactamente al Este, de modo que el sol ilumina desde el comienzo del día. Así también se logra esfumar las diversas variaciones de la luz, al pasar por los vitrales. Vista desde el exterior, se generan planos de luz y sombra acentuando sus rasgos arquitectónicos ya mencionados.
El material usado para su edificación fue la “piedra blanca”. Es curioso notar, expresado por algunos feligreses, como el efecto que genera este mineral, puede transportarnos a un mundo interior de sensible austeridad. Impresión vinculada acaso con la grutas de los primeros cristianos, que encontraban en estos medios de construcción (piedra) los medios para edificar.
En el caso del techo, son de color negro y culminan en un campanario de 69 metros en forma de aguja.
Historia
El reconocido historiador, Ricardo Vallmitjana nos cuenta en su libro “La Catedral de Bariloche” sobre el señor don Giovanni Battista Andreoli, sencillo obrero que talló la figura de la Virgen María. Utilizó la misma piedra blanca del resto del edificio, extraída de la cantera del Cerro Carbón, para lograr una bellísima imagen, que se encuentra en el exterior sobre el gran portal de la Catedral. Fue denominada por el propio autor de la obra, “La Madonna”. E insistió en mantener en el anonimato su nombre aduciendo que: “son cosas entre Dios y yo”.
Dado que las características del proyecto, por su envergadura, hablaba de algo importante y difícil de solventar por la comunidad de fieles, desde lo económico, la nación ofreció el dinero para su concreción.
En
1942 se regularizó el dominio del terreno donde emplazarla y dos años más tarde se concluyó con la estructura de hormigón realizada por la
Compañía General de Construcciones con la conducción del Ingeniero Pedro Faukland, actuando como capataz don Esteban Capitanich. Fue cuando comienzan su labor los picapedreros.
Luego se nombró capataz del equipo a don
José Lukman,
esloveno de nacimiento, picapedrero por herencia, recibido en su juventud tras cuatro años de escuela tallando en las cavas romanas de
Aurisinia. Estuvo a cargo de un grupo de alrededor de 20 personas, donde sólo 6 conocían el oficio completamente, el resto eran aprendices. Él fue quien diseñó y labró las molduras que le dan elegancia al conjunto, y quien a golpes de maza dio forma a la mayoría de los arcos y a la piedra de encaje.
Exequiel Bustillo promocionó una Comisión de Damas, que, presidida por la señora Isabel Nevares de Ortiz Basualdo - hermana del obispo Jaime de Nevares- logró reunir por donaciones el dinero suficiente para encargar los vitrales. La confección del los vitrales fue hecha por un francés llamado Enrique A. Thomas, en Buenos Aires..
Para determinar qué imágenes corresponderían al templo el Dr. Exequiel Bustillo se comunicó con monseñor Essandi sugiriendo tibiamente sobre la posibilidad de que estas imágenes tuviesen vinculaciones regionales, participación que el sacerdote aceptó con entusiasmo. Y así surgió del taller de Enrique Thomas una preciosa imagen de Nuestra Señora del Nahuel Huapi - patrona del templo- e imágenes
vernáculas. El 4 de junio de 2004 llega desde Achao, isla de chiloé, Chile, una replica de una imagen perdida y que acompaño al primer asentamiento jesuita a orillas del Nahuel Huapi. Dicha replica fue realizada por el escultor chilote Milton Muñoz en un bloque de milenario alerce. Hoy dicha imagen se sitúa en el altar mayor de la catedral y es la actual Imagen patrona de la ciudad. En los vitrales están representados, además, los aborígenes, el padre jesuita
Nicolás Mascardi, fray
Francisco Menéndez, el mismísimo general
Julio Argentino Roca,
Ceferino Namuncurá, el padre
Milanesio - el primer cura del pueblo de Bariloche - y hasta los creadores del templo: los arquitectos
Alejandro Bustillo representado como
San Rafael - y Miguel Angel Césari, como
San Miguel Arcángel.
Los vitrales fueron colocados en
1947, quedando la obra concluida por fuera, con el interior aún en bruto y piso de cemento alisado. Aún así los vecinos, entre ellos Luis Fernández y Pablo Depellegrin, proveyeron algunos bancos. En el campanario, sin campanas, se instaló un carrillón con amplificadores, que por largos años, acompañó con su excelente sonido de campanas al pueblo de Bariloche.
ViacrucisSon catorce piezas de arte religioso contemporáneo, con motivos que nacen con los albores del cristianismo.
Las piezas, con formas ojivales (
góticas), fueron moldeadas en arcilla y luego cocidas en horno cerámico.
El autor del Vía Crucis es Alejandro Santana, arquitecto de Bariloche.
Virgen de las Nieves
Enlaces externos
Véase también
Fuente: Wikipedia